Publicado en El Universal el 9 de octubre de 2020
El confinamiento usado como contención de la Covid-19 paralizó las actividades económicas en todo el mundo. Esto se ha manifestado en un marcado decrecimiento económico durante los meses de confinamiento estricto. La pandemia ha ennegrecido las perspectivas productivas de medio mundo, con excepción de unos pocos países, entre ellos China, que pueden salir bien librados de la crisis, como explicaré enseguida.
Si bien en el primer trimestre de 2020 el PIB de China cayó en -10% en el segundo trimestre rebotó y creció un 11,5%. En cambio, el resto del mundo pasó durante el segundo trimestre de este año las duras y las maduras, con perspectivas de que será un obstáculo duradero, teniendo en cuenta que en 2021 es probable que persista, a lo largo y ancho del planeta, la inhibición de la libre aglomeración.
Estudiemos lo que implicaría que se instaure de forma permanente la distancia física en la sociedad. Si había algo que impulsaba el crecimiento en el mundo antes de la Covid eran las aglomeraciones. La densificación urbana, la conformación de clústeres, y las migraciones masivas hacia polos de desarrollo, promovían que las ciudades crecieran.
Aquellas ciudades que otrora atraían migrantes gracias a sus amenidades y oportunidades laborales, ahora enfrentarán limitaciones y prohibiciones a las congregaciones de gente. Serán como autos deportivos listos para los 200 km/h pero que no pueden pasar de segunda en el embrague.
En ese sentido, Manhattan y San Francisco, en Estados Unidos, o Bogotá, que son imanes de empleo, perderían capacidad de atracción. El analista económico Noah Smith opinó recientemente que el teletrabajo sería la principal causante de una mella en el poder de este tipo de ciudades en un mundo post covid.
En cambio, la otra cara de la moneda puede ocurrir en el sur de China y, en concreto, el delta del río de las perlas. Las 11 grandes ciudades que la componen con 130 millones de habitantes, la tienen más fácil para adaptarse a un estado continuo de pseudo cuarentena porque están habituados al uso del tapabocas, a la cultura de no irrespetar el espacio personal durante los saludos y, desde el brote de SARS de 2003, al respeto de medidas draconianas de confinamiento que corten de tajo los brotes incipientes.
Con el repliegue del comercio internacional, los países buscarán autoabastecerse y el crecimiento económico se inclinará hacia lugares con mercados domésticos y alacenas agrícolas e industriales de gran tamaño. Nadie históricamente está más acostumbrado a crecer de murallas para adentro que China, por lo que estos próximos años auguro que la veremos acortar distancia a su competencia dentro del orden económico mundial.
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