Dicen que no han salido a flote las verdaderas razones
de la crisis por la que atraviesa Interbolsa
Comisionista de Bolsa. En twitter
algunos han opinado un poco a la ligera que se trata de la Enron o la Lehman Brothers
colombiana. En realidad, ¿es así de
grave el problema?
Comencemos por aclarar qué ocurrió. El riesgo de una de las operaciones que hacía
Interbolsa – los repos – se desbordó porque se hizo sobre acciones ilíquidas. Los
directivos de Interbolsa tomaron la decisión "estratégica" de invertir
en Fabricato bajo el posible escenario de su venta a una multinacional
brasilera. La expectativa de venta es
razón suficiente para apostarle a algo.
Pero surgió el primer problema: Interbolsa mantuvo su apuesta durante al
menos 18 meses sin que la venta se concretara.
Cabe aclarar que Interbolsa es un grupo empresarial,
es decir, una matriz que posee unas filiales de distinta naturaleza. La que
entró en crisis inicialmente fue la Sociedad Comisionista de Bolsa;
recientemente está siendo salpicada la Administradora de Carteras Colectivas.
Un segundo problema fue la pérdida de confianza
paulatina en el título valor de Interbolsa.
El precio de esta acción comenzó a bajar desde mediados de julio. Para el 23 de octubre se comenzó a registrar
un volumen inusualmente alto en las transacciones de esta acción, lo que quizá
pudo reflejar una primera ola de inversionistas que decidieron salir de ella.
El tercer problema con Interbolsa llegaría al comenzar
noviembre, con los rumores de que iba a colapsar. Contrario a lo que dicen algunos críticos, la
Superintendencia Financiera actuó con tino, pues al día siguiente de haber
detectado que Interbolsa incumplió el pago de un crédito intradía, hizo toma de
posesión de la Sociedad Comisionista. ¿Cuándo se inició realmente el efecto dominó?
El 6 de noviembre la Superintendencia pidió un concepto a Fogafín sobre
Interbolsa; esta declaró que "la viabilidad de la firma es incierta"
y que los bancos no estaban dispuestos a prestarle más recursos.
En el fondo de todo hay algo claro: no es cierto que
el problema de Interbolsa haya sido una simple falta temporal de liquidez.
Detrás de la desconfianza abierta sobre Interbolsa de parte de los bancos
(desde el 6 de noviembre) y del mercado (desde el 23 de octubre) hay un
problema de gobierno corporativo. El
representante Simón Gaviria afirmó en declaración radial que en Interbolsa hubo
auto préstamos sofisticados desde un bolsillo del grupo empresarial a otro. Ahora hay sospechas de un posible conflicto
de intereses de la familia Jaramillo, por ser a la vez directiva de Interbolsa
y de Fabricato. La pregunta que se hacen
hoy las autoridades reguladoras es si la decisión de seguir con los repos de
Fabricato fue motivada por el bien de los inversionistas o por favorecer
intereses de los directivos de Interbolsa.
Sin duda, la respuesta la puede dar un examen más detallado a las
operaciones que, por cuenta propia, realizaba Interbolsa, porque siempre han
lucido exagerados en relación con lo que hacen el resto de comisionistas.
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