Thursday, January 15, 2015

A regular el mototaxismo ya

Publicado en El Universal el 6 de diciembre de 2013


Hemos agotado todas las excusas para no actuar frente al problema del mototaxismo en Cartagena: que es un problema social; que hay toda una industria generada a su alrededor;  que es mejor esperar a que arranque Transcaribe;  que la regulación le compete al gobierno nacional y no al local; que no es tan malo;  que esto, que lo otro.   

Es hora de hacer algo, pues la congestión vehicular en la ciudad está llegando al límite.  Los dos frentes más importantes que piden a gritos medidas correctivas son la distorsión que el mototaxismo ha causado sobre la estructura del mercado de transporte público urbano y el desbordamiento del número de motocicletas en circulación. 

En cuanto al primero de estos frentes, hay que decir que la estructura del transporte público – compuesta por taxis, buses, e informales – adolece de problemas de planeación y regulación que traen como consecuencia una pésima calidad en el extremo más económico (los buses), una falta de transparencia en el cobro en el extremo más costoso (los taxis) y una ausencia de rutas formales, la cual termina siendo atendida por privados piratas  (los informales).

¿Qué hacer? El gobierno nacional no ha establecido una política pública de transporte urbano que contemple la informalidad.  Ese vacío de planeación se ha pretendido sofocar con la puesta en marcha de los llamados Sistemas Integrados de Transporte Masivo tipo Transmilenio en ciudades grandes y en algunas intermedias, incluida Cartagena.

Sin embargo, cruzarse de brazos a esperar a Transcaribe no puede ser la solución.  Urge fijar un límite al número de mototaxis.  Su temeraria forma de conducir, su hábito de deambular por las calles a la desordenada caza de pasajeros, y la hostilidad que despiertan sobre los conductores de automóviles que deben  coexistir con ellos, claman por una norma de restricción permanente.
Restringir, prohibir, limitar y multar son vistos como castigos severos hacia la población vinculada al mototaxismo.  Además acarrean un alto costo político para  los mandatarios que contemplen adoptar este tipo de medidas.  Pero lo cierto es que no hacer nada es, sin duda, peor.

Las sociedades civilizadas regulan sus medios de transporte público con licencias de conducción especiales (por la seguridad de los pasajeros) y con venta de los cupos disponibles (como en el caso de los taxis).  Hacerse el de la vista gorda con el mototaxismo ha implicado renunciar a poder usar estos dos instrumentos en nuestra ciudad. Quizá va siendo hora de seguir el ejemplo de Barranquilla, que supo agarrar ese toro por los cuernos.

1 comment:

Roberto Fortich Mesa said...

"...evidentemente en un gran problema del cual todos los ciudadanos cartageneros somos conscientes pero que nadie hace nada, y es algo que nos caracteriza porque muchas veces vemos que las cosas suceden en nuestras narices pero no actuamos por miedo? Indiferencia? Conformismo? En realidad es una gran problemática en donde los afectados somos todos y al parecer “no existe solución” definitivamente hay que actuar y dejar de ser tan permisivos." Comentario enviado por un lector del Blog.